
Centrada exclusivamente en el rey notorious por excelencia, "Los Tudors" es un guilty pleasure de lo más rotundo.

Se toma todas las libertades históricas del mundo, adora retratar las disputas erótico-festivas de la aristocracia, y el tono melodramático está en el nivel justo que requería el producto.

"Los Tudor", a pesar de su apariencia y las críticas vertidas, es una buena serie, de notable fuerza narrativa y con muchos momentos espléndidos.

Al contrario que "Roma", "Los Tudor" no abandona las convenciones historicistas.
Se adhiere, por un lado, al positivismo. Y, por otro, a la tradición hollywoodiense en torno a los retratos del pasado.
Se adhiere, por un lado, al positivismo. Y, por otro, a la tradición hollywoodiense en torno a los retratos del pasado.

Así, su interés primordial está en describir la realeza y su corte, las intrigas palaciegas, las efervescencias románticas de la nobleza y los dramas devenidos de su protocolo.

"Los Tudor" se detiene en retratar a Enrique VIII como un niñato caprichoso, machista e intolerante, que transita a la Reforma básicamente por sus ganas de correrse dentro de Ana Bolena.

Pese a las licencias, la serie da en el clavo con su visión de la figura monárquica como instigadora de tragedias y caídas en desgracia.

El indisputable arbitrio del rey en todos los asuntos funciona como un recurso dramático fascinante.
Hasta los que acaban ejecutados, tienen buenas palabras para Enrique VIII en sus últimos momentos; fruto de la sociología monarquista y resultado de la divinización de un hombre.
Hasta los que acaban ejecutados, tienen buenas palabras para Enrique VIII en sus últimos momentos; fruto de la sociología monarquista y resultado de la divinización de un hombre.

Las mujeres y las hijas de Enrique VIII son las principales beneficiarias de sus favores y las pobres víctimas de su violencia en última instancia.

Lo mismo sucede con sus consejeros políticos y religiosos; útiles en un momento, ejecutables al siguiente.

La primera temporada recoge la desesperación del rey por conseguir un hijo varón.
Inicia los trámites de su famoso divorcio de Catalina de Aragón, mientras entran en escena los Bolena, que presentan a Ana como la amante definitiva.
Inicia los trámites de su famoso divorcio de Catalina de Aragón, mientras entran en escena los Bolena, que presentan a Ana como la amante definitiva.

Durante el segundo año, el drama envuelve a la contradictoria Ana Bolena, llamada zorra por el Papa y por el pueblo inglés, pero validada como reina bajo las presiones de Enrique.
En este momento, la serie es especialmente absorbente, apoyada en el hipnótico rostro de la actriz Natalie Dormer.
En este momento, la serie es especialmente absorbente, apoyada en el hipnótico rostro de la actriz Natalie Dormer.

La season finale de esta temporada es, con diferencia, el mejor episodio de "Los Tudor".

El tercer año se inicia con la boda de Enrique VIII y Jane Seymour.
Ésta lo reconcilia con sus dos hijas y consigue darle un varón, pero lo deja prematuramente viudo.
Ésta lo reconcilia con sus dos hijas y consigue darle un varón, pero lo deja prematuramente viudo.

El suceso acelera su descenso a la locura, mientras se suceden las protestas civiles, aplacadas despóticamente.
Su inconsumado matrimonio con Ana de Clèves y la ejecución de Thomas Cromwell finiquitan la etapa más problemática del monarca inglés.
Su inconsumado matrimonio con Ana de Clèves y la ejecución de Thomas Cromwell finiquitan la etapa más problemática del monarca inglés.

La elección de Jonathan Rhys Meyers como Enrique VIII no ha dejado indiferente a nadie.
Sin duda, a tenor de la visión general que se tiene de ese monarca como un hombre obeso y poco atractivo.
Sin duda, a tenor de la visión general que se tiene de ese monarca como un hombre obeso y poco atractivo.

Los creadores han señalado que esa imagen desfavorecedora responde a los últimos años del rey y que Enrique fue, en su día, el príncipe más guapo de Europa.

En cualquier caso, el cast de Jonathan responde, sobre todo, al descarado sex-appeal que busca la serie, donde el deslumbrante Henry Cavill también juega un papel decisivo.

En abril, Showtime estrenará la cuarta y última temporada de "Los Tudor", donde se narrarán los dos últimos matrimonios de Enrique VIII y su muerte.

Según los ejecutivos responsables, se ha acelerado el final de la serie debido a motivos financieros.

En todo caso, ya planean otro espectáculo del estilo: "Los Borgia", que estará protagonizada por Jeremy Irons.
Vestuario abundante, arcas llenas y alcobas revueltas. Sencillamente irresistible.
Vestuario abundante, arcas llenas y alcobas revueltas. Sencillamente irresistible.

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