Violencia y Familia en "Sons Of Anarchy"

Se ha convertido en el mayor bastión de la cadena F/X, y su popularidad internacional no ha hecho más que arrancar.
Ya hay muchos que se apresuran a considerar "Sons of Anarchy" como una de las mejores series que se emiten actualmente.

La historia de "Sons of Anarchy" está centrada en SAMCRO, un club de moteros.
Fundado en los sesenta, se reconvirtió pronto en una fuerza criminal, que protege y somete a un ficticio pueblo de California llamado Charming.

El poder de SAMCRO se vertebra en el tráfico de armas y el uso sistemático de la fuerza.
Pero, como también los defienden de la rapiña externa, los habitantes de Charming consideran al motorizado club como un mal menor e, incluso, como parte de la identidad del lugar.

La serie comienza cuando el joven Jax Teller, llamado a ser el jefe de SAMCRO, se convierte en padre.

Además, Jax encuentra la autobiografía de su propio progenitor, el fallecido fundador del club.

Al comprender los orígenes, Jax empieza a cuestionarse las delictivas costumbres y los brutales ajustes de cuentas, que han acabado por animalizar a los componentes de SAMCRO.

En frente, Jax encontrará la oposición de Clay Morrow, su padrastro y el todopoderoso rey de los Hijos de la Anarquía, malévolo capo con moto y bandana.

También aparece Gemma, la madre de Jax y casada por segunda vez con Clay.
Gemma asume su papel en un universo atrozmente machista, pero merodea influyente y acaba saliéndose con la suya.

Gemma Teller-Morrow, la poderosa consorte de SAMCRO, se consagra como una madre absorbida y absorbente; hay que protegerla tanto como temerla.

Este personaje bombón está interpretado con mucha astucia por Katey Sagal, una actriz que se merecía semejante tour-de-force desde hace largo tiempo.

De la larga carrera catódica de la Sagal, baste recordar dos personajes imborrables: Peg Bundy en "Matrimonio con Hijos" y la voz de Leela en "Futurama".

La primera temporada de "Sons of Anarchy" articula los principales problemas de la pertenencia a una banda criminal.

La confusión entre la fidelidad al club y el deber familiar, el orgullo de sangre, las encarnizadas luchas con sus rivales y la necesidad de la lealtad más allá de la ley y de la cárcel.
Una triste muerte culmina este primer año de "Sons of Anarchy".

Es la segunda temporada la que se muestra especialmente adictiva.
La entrada de unos terribles supremacistas en Charming amenaza la supervivencia del club de una manera paroxista.

No serán los únicos enemigos, que aparecen en múltiples frentes. Entre ellos, pervive una serpiente tramposa, conocida como la agente federal June Stahl.

Bordada por Ally Walker, la agente Stahl es toda una súper villana, a la que un personaje llega a propinar un puñetazo en el coño en la season finale.

Como sucedía con "Oz", "Sons of Anarchy" es tan bestia que acaba resultando hipnótica, y tan testosterónica que termina por despertar interés gay.

Las deudas dramáticas hablan de su querencia por Shakespeare y, sobre todo, por "Hamlet".
Nos cuenta la saga del heredero incomprendido, cuya madre se ha casado con otro rey, y cuya querida Ofelia se ahoga entre tanto complot familiar.

De manera directa y televisiva, el referente claro de "Sons of Anarchy" sería "Los Soprano".

En estos momentos, se emite la tercera temporada, y "Sons of Anarchy" se muestra más enrevesada y compleja que nunca.
Como pocas series, tiene el don de la acción vertiginosa, y eso le asegurará un viaje a todo motor durante mucho tiempo.

Hace unas semanas, F/X prometía un cuarto curso de "Sons of Anarchy" para el año que viene.