Tuesday, February 22, 2011

Todas Las Caras de Tara


En 2008, todo un personaje ganaba el Oscar por escribir y firmar el guión de "Juno".
Se hacía llamar Diablo Cody, consagrada pluma del cine indie y pronto cazada por la televisión.


"United States of Tara" unía las fuerzas de la guionista de "Juno" con el patronazgo de Steven Spielberg y el protagonismo de una actriz incomparable: Toni Collette.


Antes de ser exitosa escritora fílmica, Diablo Cody había ejercido variadas ocupaciones; entre ellas, stripper.


Si Diablo ha sido una chica tan polifacética, el personaje central de su serie va más allá: es una mujer dividida en muchas.
"United States of Tara" se interna así en el universo de la personalidad múltiple, de donde extrae comicidad, drama y observancia social.


El desorden disociativo de la personalidad es toda una leyenda de la psicología, bastante discutida como realidad médica hasta en el país donde más se diagnostica.
El mismo país donde viven Tara Gregson y su familia.


En el barrio residencial, la imprevista irrupción de las distintas personalidades metaforiza la tambaleante realidad.
La familia observa el problema de Tara como la prueba evidente de que nunca serán convencionales.


Entra en escena la obsesión por la normalidad, clave en la mentalidad norteamericana.


La disociación de Tara también termina por expresar la necesidad femenina de ejercer los más diversos papeles para satisfacer a los demás y a ella misma.


Como fruto de una mente indie, "United States of Tara" se desarrolla en un ambiente más o menos vulgar, investigando la vida cotidiana de una familia y su entorno social.


Opta por un tono modesto y cute, entremezclando géneros televisivos y llenándose de referencias pop.
Como resultado y, en líneas generales, "United States of Tara" ofrece un entretenimiento más que válido.
Toni Collette es lo mejor de la función, y la salva hasta en los momentos en que la serie desprende cierta insipidez.


La segunda temporada apretaba las tornas y se mostraba más poderosa que la primera.
Tiene una premisa extraordinaria, donde el misterioso suicidio de un vecino desata la turbulenta psique de Tara y, a la vez, la acerca a la verdad de sus traumas.


Pero las propuestas de la serie suelen ser más estimulantes que sus resultados. Quizá debido a su mismo punto de partida: deshacer de dramatismo a un problema psicológico enraizado en un abuso sexual.
Esa ambición implica ligereza, pero también supone la irrupción de la ocasional superficialidad.


No podemos hablar de "United States of Tara" sin mencionar, por supuesto, a Marshall, excelso gay teen de la televisión.


Con una interpretación genialmente busterkeatoniana, Keir Gilchrist resume lo mejor de la serie y es quien más la acerca a sus intenciones evocadoras.


El 28 de marzo, "United States of Tara" volverá a Showtime con su tercera temporada.
Se anuncia la participación de Frances Conroy, y el leit-motiv argumental será el regreso de Tara a los estudios.


Su bien nutrida legión de seguidores debería matar la impaciencia votando cuál de las caras de Tara es su favorita.
Sospecho que, ante el encanto de todas y cada una, será una decisión imposible.

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