Monday, May 16, 2011

Très Jolie


Su nombre se escribe en películas, revistas y sueños eróticos. Ante tanta atención, ella prefiere devolver la mirada con estudiada ferocidad.
Angelina Jolie es una esfinge hollywoodiense, esculpida a través del empeño personal y la importancia atribuida.


De niña a madre, de chica gótica a glamour woman, de la acción estruendosa al melodrama de época; Angelina muta y se transforma.


O, simplemente, se hace mayor ante nuestros ojos.
Hay muchas Angelinas, sólo una Jolie.


Su carácter impulsivos, sus tatuajes y sus obras de caridad han quedado como la constante entre tanto cambio.
Y los gruesos labios y los enormes ojos la han hecho inconfundible bajo cualquier disfraz, por encima de toda intención.


El mundo entero sabe quién es, pero el público sigue sin saber qué pensar de ella.
Muchas de sus películas son lamentables y, en ellas, se limita a pronunciar los morros como signo de infinita suficiencia.


Pero, por alguna ignota razón, Angelina deja ciego. Entra en cualquier sitio y eclipsa al resto. Brad Pitt no es nadie al lado de ella.


La Jolie es una estrella de las avasallantes; intrigante hasta con el pijama puesto, divina incluso dentro del mayor bodrio.
Todos quieren besar a Angelina. Todos quieren pasar una noche con ella.


Angelina está buenísima, expresan las imágenes. Cuenta la leyenda que es una mujer nacida para despertar bisexualidades.


Su padre se llama Jon Voight.


El "Cowboy de Medianoche" siempre ha tenido una relación muy irregular con su hija.
En realidad, Angelina se crió junto a su madre, y vivió mucho tiempo lejos del mundo del cine.


La niña de papá intervino, a principios de los ochenta y de manera puntual, en una película protagonizada por Voight.
A veces, se la veía, acompañando a Jon en algún evento, tímida, mirando a todos lados.


Terminó por rechazar el apellido Voight, porque quería conseguirlo ella sola.
Junto a su primer marido, Jonny Lee Miller, apareció en "Hackers", primer título de relevancia, allá por 1996.


Dos intensas interpretaciones fueron la clave.
Con "Gia", ganó muchos aplausos y premios. Por "Girl, Interrupted", hasta el Oscar a la mejor actriz de reparto.


Dijo que estaba enamorada de su hermano en el discurso de agradecimiento y, en la fiesta posterior, se tiró a la piscina vestida.


Se confesaba sadomasoquista, suicida y bisexual, dentro de un sinfín de declaraciones y osadías, que entusiasmaron a la prensa.


Casada con Billy Bob Thornton, ya era gran favorita de los periodistas.
Al cuello, solía llevar colgado un vial con sangre de Billy Bob, y presumía de profusa vida sexual.


"Lara Croft" la colocó en la privilegiada lista de reyes y reinas del cine norteamericano.
Sus películas daban mucho dinero, y ella corría al Tercer Mundo con necesidad expiatoria.


Ante tanta adopción, Jon Voight declaró que Angelina tenía problemas mentales.
Ella respondió que la familia no es cuestión de sangre, sino un trabajo emocional. Por eso, quería más a sus hijos adoptivos que al cantamañanas de su padre.


Cierta escapada hacia país desfavorecido fue más notoria que cualquier otra. Porque un conocido caballero la acompañaba.
En los tabloides, se imprimía rápidamente que Angelina Jolie era la causa principal del divorcio de Brad Pitt y Jennifer Aniston.


Por entonces, nadie daba un duro por Brad y Angelina.
Al final, ya son más que Brangelina. Entre tanto churumbel, ambos han encontrado una insólita estabilidad amorosa y familiar.


"Brad me ha hecho mejor persona", dijo ella en cierta ocasión.


La semana pasada, la Jolie aparecía en Cannes, previsiblemente deslumbrante, para promocionar "Kung Fu Panda 2".
Mientras, se sucedían las noticias sobre su primera película como directora.


"In The Land of Blood And Honey" relata una historia de amor entre una bosnia y un militar serbio en plena guerra; las violaciones bélicas en masa son el terrible trasfondo.


Con semejante material, el rodaje y las posibilidades de distribución han supuesto todo un caballo de batalla para Angelina.
Según las últimas noticias, la película seguirá adelante y verá la luz sin problemas.


Con tanto andar majestuoso, no debería extrañar el próximo paso en el fulgor de Angelina.


Sobre la mesa, con David Fincher como director, una película se encuentra en discusión y preparación.
¿Su título? "Cleopatra".

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